Javier Bahón: Formación
FORMACIÓN con referentes inmejorables
Soy un “bilbaíno de libro” que decidió nacer a 13 km de la capital, en Sodupe, porque dicen que los de Bilbao nacemos donde nos apetece. Mis dos hijos sí nacieron junto a la Basílica de Begoña; más de Bilbao… no se puede.
En algún lugar escuché que si el Homo Sapiens ha llegado hasta donde ha llegado, ha sido gracias a su curiosidad y ansias de saber y descubrir nuevos horizontes. Y eso, creo que es algo que poseo en amplia medida. Nunca he sido alumno de mente brillante; más bien constante y con mucho amor propio. Con esas cualidades, he bandeado como he podido las áreas que siempre me han costado (que no es de extrañar, porque una de ellas está llena de problemas) y me he nutrido de aquellas que me llenaban. Aspecto curioso: tanto unas como otras son de lo que consideramos “Ciencias”. Igual es que esa clasificación debe ser revisada…
En su momento, me debatí entre ser biólogo o maestro. Al final lo mezclé todo y cursé Magisterio por Ciencias; la cabra siempre tira al monte y allí es donde me siento pleno. Como la educación me enganchó quise profundizar y me licencié en Pedagogía. En ese momento, comenzaron a abrirse puertas y más puertas que en una sola vida, he pensado que no voy a poder cruzar.
Estudiando pedagogía me hablaron de un “loco” amante de los niños que hacía programas extraños para estimularlos. Así que mi primer viaje fue a Filadelfia para estudiar de la mano de Glenn Doman, qué era aquello de la Estimulación Temprana; que no precoz. Hay muchas tonterías escritas sobre el método Doman pero , con más de 80 años, yo no he visto nunca un espíritu y unos ojos más brillantes que los suyos cuando hablaba de los niños y su potencial. No obstante, volviendo a Bilbao quise rodear aquel conocimiento de más saber y realicé un Máster –caro y en fines de semana- de Atención Temprana. Descubrí lo dura que es la vida de muchísimos bebés; unos se hacen fuertes y otros no lo superan…
Pero, como digo, todo eran puertas, ventanas y agujeros abiertos en la pared. Crucé el vano de Reuven Feuerstein, tan maravilloso como difícil de pronunciar: el Programa de Enriquecimiento Instrumental para aprender a ser mediador del pensamiento; seguido, las Inteligencias Múltiples, fuente de la diversidad de talentos y los Riesgos laborales Educativos, esto sí, 300 horitas por imperativo legal. (chisme) Mientras nacía mi primera hija, yo esperaba en la habitación leyendo la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, ¡de locos! Era también época de Calidad Total, así que, ya que estábamos, me formé como Auditor interno de ISO.
Después llegó la época del Pensamiento, comenzada cuando viajé a Boston (hasta 3 años seguidos) para ir de la mano de nuestro querido Bob Swartz. Le convencimos para venir a España con su programa y nuestra colaboración. Nos preparó a conciencia a su equipo Senior para dominar el TBL – Thinking Based Learning. Horas de curso, seguidas de repasos en su casa y retiros en hoteles. No podía dejar que estropeáramos su programa y es comprensible el por qué. En esa época pude aprender igualmente con sus coetáneos para profundizar en Rutinas de Pensamiento (D. Perkins), Hábitos mentales (A. Costa) y Altas Capacidades (Renzulli), sin desperdiciar el ICOT (International Conference On Thinking) que viví en Nueva Zelanda, entre los más grandes del Pensamiento mundial.
Pero… ¿te ha pasado a ti eso de estar todo el día en un colegio (u otro) y ver que algo no funciona? Pues, a buscar, Homo Sapiens; a buscar. Será por puertas… Abrí la de El arte de educar, con el megaStar de la educación, R. Marzano en Denver, Colorado (MegaStar porque le recibían como si fuera Madonna); la escuela metacognitiva, entre otros con Yeap Ban Har en Singapur; y, sin duda un descubrimiento súper eficaz, la capacitación como Observador de aula con CLASS en San Diego – California- y en México con Cognia-Eleot.
¿Agotado de leer? Pues como a mí me quedaba mecha y en esta vida se conoce a tanta gente, el destino me hizo coincidir con Roberto Aguado, quien dice que me ha preparado como Referente VEC, en gestión emocional y también caí cautivo de David y Roger Johnson; los hermanos “champú”, dicen los bromistas. Tengo el honor de compartir con los padres del Cooperativo y con mi amigo Nicolás Muracciole la dirección del Centro Internacional de Aprendizaje Cooperativo; sin duda, “juntos se llega más lejos” (esto se lo tomo prestado a ellos).
Y, sin liderazgo, ¿cómo ayudar a avanzar a los colegios? Mis últimos años están dedicados a profundizar en el liderazgo para la innovación de mano de la MIT Professional Education de Massachusetts y la Escuela Humanista de A. Rovira.
Y hablando de bilbainadas, ahora que ya he digerido los “entrantes” de la formación, voy a ver qué hay de primer plato… CONTINUARÁ.